Un hombre llamado John Ripple, de 71 años de edad, entró a un banco en la ciudad de Kansas con las intenciones de asaltarlo. “Tengo un arma de fuego. Dame el dinero”, le dijo al cajero que le dio tres mil dólares en efectivo. Lo curioso es que en vez de escapar del banco, se fue a sentar a la recepción, informó The Kansas City Star.
Resulta que John estaba robando el banco, no con las intenciones de hacerse millonario, sino de estar en prisión y no en casa con su esposa. Cuando el agente del FBI llegó al banco, John se entregó diciendo que él había sido el ladrón…todo parecía perfecto.
Para su mala suerte, podría haber sido condenado a 37 meses en prisión, pero el juez le dio arresto domiciliario por lo que tendrá que seguir en compañía de su esposa.
“Prefiero estar en prisión que con mi esposa“, afirmó.