No importa si tuviste anteojos desde que eras muy niño o si recientemente los adquiriste en tu adolescencia. Lo cierto es que a todos los que usamos, nos han pasado estas situaciones en más de alguna ocasión.
1. Te ponen algún apodo
Tus compañeros de clase usualmente te llamarán “cuatro ojos”.
2. Los que te piden probarlos
Lo peor es cuando te dicen: “Wow, tú sí que estás ciego”.
3. Comer sopa es toda una aventura
Siempre terminan empañados.
4. No puedes utilizar gafas de sol
Cuando vas a la playa, eres el único con tus anteojos puestos.
5. Olvidar los lentes en casa
Si te levantaste tarde para ir a la escuela y te fuiste sin tus lentes, es el peor día de tu vida.
6. Cuando no los encuentras
¿Nunca te ha pasado que los dejas en el baño y pasas horas buscándolos?
7. Si llueve, es una tortura
No hay peor pesadilla que tus anteojos estén mojados.
8. La clase de deporte puede ser una pequeña tortura también
Especialmente si la pelota viene justo a tu cara.